ALCAUCÍN, MUNICIPIO DE MÁLAGA
Alcaucín, es un municipio de la provincia de Málaga, perteneciente a la Comarca de la Axarquía. Limita con la provincia de Granada. Ubicado a 54 km de la capital provincial. Su población, según el último censo de 2016 es de 2272 habitantes.
El municipio se ubica al noreste de la Axarquía, entre la Sierra de Tejeda y el corredor de Periana, destacando la geografía montañosa, sobre todo el Boquete de Zafarraya.
El gentilicio se denomina alcaucineños, apodados también como los tiznaos, peculiaridad en la Comunidad de Andalucía de apodar a los habitantes de un pueblo, al igual que a los pobladores de Málaga se les conoce como “boquerones”.
Historia
El nombre de Alcaucín procede del árabe al-qawsayn, también se dice que fue al-qawsin, cuyo significado se constata como “Los Arcos”, aunque hay dos hipótesis diferentes sobre el origen de la Villa, una defiende la existencia de un acueducto, y la otra, defiende que la existencia de tejos (especie arbórea), cuya madera sirvió para la fabricación de arcos de caza y guerra. Ambas hipótesis son aceptables en la actualidad a falta de estudios que confirmen una u otra.
En el término del municipio se ha constatado el asentamiento de una población de Neandertal en la zona del Boquete de Zafarraya, de hace 30000 años, del período Musteriense. La ocupación prehistórica alcanzó hasta la época del Neolítico, esta vez en la cueva de los Guaicos y el abrigo del Espino, donde aparecen enterramientos con ajuares.
En época fenicia se comienza a construir la fortaleza de Zalia. Posteriormente modificado y acabado por los almohades, dotándolo con su estructura de castillo y su doble muralla. Administrado primero por el reino de Taifa de Vélez-Málaga, y tras la caída de Antequera a mano de los Reyes Católicos, el castillo será cede central de administración de los municipios de Canillas de Aceituno, Archez y Corumbela, hasta que forma parte del Reino de Castilla en 1485. Un siglo después el Castillo de Zalia pasa a ser una prisión.
Durante el siglo XVI fue villa de morisco, aunque las fuentes escritas datan que para el año 1568 ésta estaba despoblada, lo que se supone que no intervino en las revueltas de final de este siglo, donde hubo una sublevación en la provincia de Málaga.
En 1884 hubo un terremoto que causó graves daños materiales y humanos, tras éste, se produjo una nevada intensa que no permitió el auxilio del municipio. El seísmo causó la alteración de cauces de aguas subterráneas, y daños importantes en las infraestructuras de acceso a la villa.
Toda la documentación que se tiene de la historia de Alcaucín, es gracias a que la población civil impidió la quema del archivo de la iglesia durante la Guerra Civil Española, que se mantiene intacto desde su fundación en 1732, y desde 1978 se guarda en el Archivo Diocesano.
¿Qué hacer en Alcaucín?
Las propuestas por este municipio son diversas, encontramos tanto rutas rurales por el parque natural, como monumentos y baños curativos.
Parque Natural. Su geografía es abrupta, se compone de la Sierra Tejeda, caracterizado por un monte cerrado. En este espacio rural podemos encontrar zonas adecuadas y limitadas para pasar el día al aire libre, como la zona de “El Alcázar”, que debe su nombre a una antigua construcción árabe.
Existe una ruta que comienza a la entrada de Alcaucín y lleva directamente al emplazamiento de El Alcázar, con una distancia de 4 km, siguiendo la senda camino a la Maroma. El recorrido que es ascendente nos permite conocer el paisaje natural que envuelve al municipio, así como conocer su geografía, amén de la fauna y la flora.
Monumentos. Entre ellos destaca la iglesia de Nuestra Señora del Rosario construida en el siglo XVII. En un cerro cercano se eleva la ermita de Jesús del Calvario, del siglo XVIII, desde el cual se contempla la comarca de Alcaucín. Destaca también la fuente de los cinco caños, lugar muy emblemático del municipio, a la que sus aguas se le atribuyen minerales curativos.
La fiesta más destacada es la que se celebra el 20 de enero, en honor al patrón de la villa, San Sebastián, junto a esta cabe mencionar la peculiar Semana Santa donde se escenifican a los judíos con vestimentas y máscaras, los cuales acosan a los ciudadanos que se encuentran por la calle, hasta que éstos los invitan a tomar un trago.
En mayo se celebra la romería en honor de San Isidro, donde sacan al santo y es trasladado hasta El Alcázar, donde se citan todos los habitantes del pueblo. Los festejos anuales se completan con la feria mayor en agosto, la celebración de la Virgen del Rosario en octubre, y la procesión de la Virgen Milagrosa.